Hace tiempo que no he escrito aquí pero acabo de ver una cita que me llama mucha la atención y creo que vale la pena que todos nosotros reflexionemos en ella.
Adoniram Judson salió rumbo a Burma (ahora Myanmar) en el año 1812 con una determinación de aprender la cultura y el idioma de aquel país y presentarle a la gente su Señor JesuCristo. Pasó muchas pruebas y dificultades incluyendo la muerte de su esposa, algunos de sus hijos, persecución, cárcel, depresión y muchas otras. Cuando murió después de 42 años de ministerio había 25 creyentes.
A muchos todo esto suena como la historia de un fracaso pero la realidad es otra. El sufrimiento, paciencia y fidelidad de Judson estableció un fundamento sólido y la iglesia ha llegado a ser un movimiento dinámico que envia sus propios misioneros. El hijo de Adoniram Judson, comentando sobre la vida de su padre dijo lo siguiente:
"El sufrimiento y el éxito van mano en mano. Si estás
experimentando éxito sin sufrir, es porque otros ya
sufrieron; si estás sufriendo sin experimentar el
éxito, es para que otros después tengan éxito."
Es otra manera de decir: "Yo planté, Apollos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento." (I Corintios 3:6-7)
Creo yo que pensamos demasiado en el éxito. Lo más importante es hacer fielmente lo que Dios nos ha llamado hacer y hacerlo de todo corazón. Si somos fieles Dios va a dar el crecimiento y, si somos verdaderos siervos de Dios, no importa quien recibe el aplauso.