En 1º Samuel 18:1-4 encontramos el inicio de una de las relaciones de amistad más estrechas y especiales que se conozca, la amistad de Jonathan y David es legendaria y es un ejemplo de verdadera y profunda amistad.
Esta amistad es de primer nivel, de una altísima calidad, esto lo vemos en estos versículos y por supuesto en el resto de los capítulos siguientes hasta el final del libro de 1º de Samuel.
Solo diremos tres cosas sobre la calidad de esta amistad:
1) Fue fundada en el amor, un amor intenso y profundo (quedaron ligados por ese amor, ver. 1). Amor “fileo” de hermanos.
2) La sellaron con pacto (ver. 3) en muchas culturas se acostumbra a sellar la amistad con un pacto, ellos lo hicieron una y otra vez, al menos tres veces se hace referencia a eso, este pacto constaba de promesas y compromisos mutuos que se sellaban delante del Señor y poniéndolo de testigo y juez sobre ambos.
3) Hubo entrega (ver. 4), Jonathan entregó a David sus ropas reales y su equipo de guerra, esto convirtió a David de pastor a guerrero, de un jovencito menospreciado a un Príncipe.
1) Jonathan apoyó a David cuando era perseguido por Saúl. Lo defendió delante de su padre, aún exponiendo su vida. Le avisó cada vez que su Padre intentaba algo contra David.
2) Jonathan animó a David en esos momentos de soledad y pena cuando era fugitivo, su amigo “fortaleció su mano en Dios” 1º Sam. 23:16
3) Jonathan aceptó el propósito de Dios para David aún cuando le era contrario, estaba dispuesto a sacrificarse para que David cumpliera el plan de Dios para su vida. 1º Sam. 23:17
Hoy también los misioneros necesitamos “Amigos en Dios”, hermanos que nos amen, que hagan pacto con nosotros, que estén dispuestos a ayudarnos a cumplir el llamado de Dios sobre nuestras vidas.
Así como Jonathan fue usado por Dios para que se cumpliese el propósito divino en la vida de David, renunciando a todo lo que era y podía llegar a ser con tal de que se cumpliera la voluntad de Dios. Así hoy Dios está buscando Jonathanes que se dejen usar por Dios y hagan historia impulsando a otros a que cumplan los propósitos de Dios en sus vidas. Tú puedes ser ese Jonathan que se deje usar por el Señor para que el evangelio pueda llegar a las naciones.
Eduardo Iglesias