El 27 de Abril, 2011 cuando David Wilkerson murió en un accidente de tránsito, la iglesia perdió un gran hombre. Por más de 50 años nos dio un ejemplo de lo que un siervo de Dios debe ser. Era famoso, pero lo que le importaba era la aprobación de Dios. Cuando el Señor le dio un mensaje un poco duro siempre lo predicó, aún cuando no era popular. Era un hombre humilde que amaba a Dios y creía que un ministro siempre debe ser una persona de oración y debe de honrar la Palabra de Dios en todo.
Nunca recuerdo haber escuchado de un escándalo, ni de finanzas ni de moral en sus 50 años de ministerio. Como el evangelista Billy Graham siempre era un ejemplo intachable. ¡Ojalá que otros ministros hubieran seguido el ejemplo de estos dos siervos de Dios! No es algo fuera del común escuchar de algún ministro que ha caído en el pecado, especialmente aquellos que han tenido algo de éxito. Muchos comienzan bien pero, para ganar el premio es necesario terminar bien la carrera.
El Apóstol Pablo entendió bien este punto cuando escribió estas palabras:
"¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.....Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado." I Cor. 9:24-27
Si esa triste realidad era una posibilidad para el Apóstol Pablo, tengo que creer que es una posibilidad para mi vida y la suya. Así que ¡corramos de tal manera que obtengamos el premio!
Y ¿cómo podemos asegurar que nuestra vida y ministerio termine bien? Seguramente hay muchos factores pero aquí también podemos aprender algo de la vida de David Wilkerson. Cuando era un joven ministro tomó una decisión que cambió el rumbo de su vida. Estaba acostumbrado a mirar la televisión por dos horas cada noche pero un día se le ocurrió la pregunta, "¿Qué pasaría si vendiera la televisión y dedicara estas dos horas a estar en la presencia del Señor?" Esta decisión no solamente le lanzó a un ministerio conocido mundialmente pero lo mantuvo en el camino correcto, lo protegió de muchas trampas del enemigo.
¿Quiere usted terminar bien? ¿Quiere glorificarle a Dios con su vida y ministerio? Entonces, ¿porque no dedicarse a invertir un buen rato cada día con el Señor y con Su Palabra? Es la mejor inversión que podría hacer.
Nunca recuerdo haber escuchado de un escándalo, ni de finanzas ni de moral en sus 50 años de ministerio. Como el evangelista Billy Graham siempre era un ejemplo intachable. ¡Ojalá que otros ministros hubieran seguido el ejemplo de estos dos siervos de Dios! No es algo fuera del común escuchar de algún ministro que ha caído en el pecado, especialmente aquellos que han tenido algo de éxito. Muchos comienzan bien pero, para ganar el premio es necesario terminar bien la carrera.
El Apóstol Pablo entendió bien este punto cuando escribió estas palabras:
"¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.....Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado." I Cor. 9:24-27
Si esa triste realidad era una posibilidad para el Apóstol Pablo, tengo que creer que es una posibilidad para mi vida y la suya. Así que ¡corramos de tal manera que obtengamos el premio!
Y ¿cómo podemos asegurar que nuestra vida y ministerio termine bien? Seguramente hay muchos factores pero aquí también podemos aprender algo de la vida de David Wilkerson. Cuando era un joven ministro tomó una decisión que cambió el rumbo de su vida. Estaba acostumbrado a mirar la televisión por dos horas cada noche pero un día se le ocurrió la pregunta, "¿Qué pasaría si vendiera la televisión y dedicara estas dos horas a estar en la presencia del Señor?" Esta decisión no solamente le lanzó a un ministerio conocido mundialmente pero lo mantuvo en el camino correcto, lo protegió de muchas trampas del enemigo.
¿Quiere usted terminar bien? ¿Quiere glorificarle a Dios con su vida y ministerio? Entonces, ¿porque no dedicarse a invertir un buen rato cada día con el Señor y con Su Palabra? Es la mejor inversión que podría hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario