Recién he sentido que Dios me está hablando sobre algunas áreas donde necesito enfocar mi vida espiritual en este año 2010. No se trata de una nueva revelación sino algunos puntos fundamentales de la vida cristiana. Sé que es algo en particular que Dios me está hablando a mí pero creo que son áreas importantes para cada uno de nosotros. Así que, quiero compartir estos puntos con ustedes.
- Palabra: La iglesia del Señor necesita volver a la Biblia y basar toda su vida y todo su ministerio en la revelación escrita. Muchos de nosotros necesitamos esforzarnos en nuestra lectura y estudio de la Biblia. Hay una gran énfasis en profecía en estos días pero toda profecía, toda palabra tiene que ser juzgado por la Palabra escrita de Dios. Si desviamos de esta práctica los resultados serán disastrosos. Les invito a dedicarse en serio al estudio de la Palabra de Dios en este año.
- Presencia: Tenemos la tendencia de enfatizar, una parte u otra de nuestra devoción. La verdad es que ni la Palabra ni la oración son suficientes en sí-necesitamos las dos. Mucha oración sin la Palabra puede llevarnos a excesos, a "revelaciones" que parecen ser "espiritual" pero que violan la revelación escrita de Dios. Por otro lado, meternos en la Palabra sin quedarnos en la presencia de Dios produce legalismo y un espíritu negativo y crítico. La Palabra y la Presencia juntas nos dan una gracia y un poder espiritual que pueda impactar vidas. En este año le animo a guardar su tiempo con Dios, su tiempo de oración.
- Propósito: Caminar con Dios es sentir Su corazón, soñar Sus sueños y entregarse a lo que es importante para Él. Hablamos mucho de nuestros sueños pero como seguidores de Cristo nos toca vivir por el sueño de Dios. Dios sueña con la salvación de las personas por las cuales Jesús murió. Le animo a orar y estudiar la Palabra pidiéndole al Señor que le muestre como usted puede ser parte de Su propósito. La necesidad en el mundo es grande pero nuestro Dios es grande también y si somos dedicados a Su propósito las posibilidades son increíbles.
Que el año 2010 sea un año no solo de bendición sino un año dedicado a estos fundamentales de la fe que resultan en el avance del Reino y que trae alegría al corazón de nuestro Señor.
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