lunes, 29 de agosto de 2011

¡Toca Nuestro Corazón!

Esta mañana estaba leyendo Éxodo 35 y 36 donde Moisés instruyó a la gente a donar materiales para la construcción del Tabernáculo.  Tengo que admitir que en general el pasaje no era tan emocionante pero cuando llegué al capítulo 36, versículo 3 encontré unas palabras que captaron mi atención.


     "Pero como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias,todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo para ir a decirle a Moisés: ´La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el Señor mandó hacer.´ Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: ´¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!´" (Éxodo 36:3b-6 NVI)


¿Cuándo fue la última vez que escuchó a un pastor ordenar a la gente no ofrendar más?  Creo que podemos decir con lugar a dudas que no ocurre con frecuencia.  ¡Sé que en cuanto a nuestro ministerio misionero nunca hemos tenido este "problema"!  Al contrario, siempre estamos luchando para mantener a los obreros que tenemos en el campo.

Lo que llama la atención es que esa ofrenda no era obligatoria porque al pedir la colaboración Moisés dijo (35:5):
     "Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda..."                                                                                       
La ofrenda no era resultado de una gran campaña de promoción ni presión de parte del "pastor Moisés."  La gente dio generosamente porque sintieron en su corazón colaborar con la obra de Dios.  ¡Que lindo sería si el pueblo de Dios respondiera así a las necesidades que existen en el campo misionero y nuestros misioneros tuvieran todos los recursos necesarios para hacer el trabajo que Dios les ha llamado hacer!

¡Oh Dios, toca nuestros corazones de la misma manera que tocaste al pueblo de Israel!

     

martes, 2 de agosto de 2011

¿Para Quién?

Ha sido un chiste entre pastores por años-¡si quiere asegurar una buena asistencia a un evento debe anunciar un asado!  Si es una reunión de oración o trabajo la gente está ocupada pero... ¡cuando haya comida la agenda está libre!

Recién estaba hablando con otra persona quien me comentó que este "principio" se puede observar en casi todo que tiene que ver con nosotros, los creyentes.  Nos atraen los programas, eventos, etc., que tienen beneficio-para nosotros.

Si es para nuestros hijos, nuestra familia, nuestra economia, nuestra iglesia, etc., nos interesa y estamos dispuestos a hacer lo necesario para participar.  Por otro lado, si no nos afecta directamente tampoco nos llama la atención.  Así es la condición de la raza humana, somos como todos los demás.

Pero...como hijos de Dios, como seguidores de Cristo no debemos vivir como todos los demás. Nuestro egoísmo nos indica que realmente no hemos dejado que el evangelio impacte nuestra vida con profundidad.  Seguimos como siempre y nos parece "normal."

Pablo habló a este punto cuando dijo a los Filipenses (2:3-4):

"No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.  Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás."

El ejemplo perfecto para nosotros es el Señor Jesús quien tomó el lugar de un siervo y se dio para nosotros.  Se humilló, se sacrificó, para beneficio nuestro.

Jesús nos llama a dar nuestra vida en servicio a Él y a otros, a mostrar el mismo corazón y la misma actitud que Él nos enseñó.  Es cierto que somos hijos del Rey, pero nuestro Padre no es como otros Reyes.  El no llama a Sus hijos a ser arrogantes ni esperar trato especial sino voluntariamente tomar la actitud de un siervo y ministrar a otros sin esperar recompensa.  

Eso podemos hacer porque somos hijos del Rey y nuestra seguridad está en Él.  No necesitamos que nos traten con deferencia, no necesitamos tener el puesto más importante, no necesitamos defender nuestros derechos-somos hijos del Rey y si el mundo lo reconoce o no seguimos siendo Sus hijos.  ¡Que libertad!

Este blog se trata de las misiones y lo que estamos considerando impacta grandemente nuestra participación o falta de participación en las misiones.  Creo que muchos no tienen interés en las misiones precisamente porque no hay beneficio (percibido) para ellos.

Mi hermano, Dios nos llama a dar nuestra vida para otros como Jesús lo hizo para nosotros.  Cuando oramos por gente que nunca vamos a conocer, cuando damos nuestra ofrenda para que el evangelio sea predicado en un lugar que nunca vamos a visitar estamos demostrando el corazón de Jesús y estamos dejando que el evangelio haga su obra en nosotros.

Durante este mes de Ramadán te invito a orar desinteresadamente por el pueblo musulmán.  Probablemente nadie te va a aplaudir, no vas a prosperar económicamente y no recibirás una promoción en tu trabajo.  Este ministerio no es para ti-son ellos que van a ser beneficiados junto con el Señor Jesús quien les ama y desea su salvación.

Bueno, sí hay una cosa que vas a recibir-la satisfacción de haber agradado a tu Señor-¡en realidad, no hay recompensa más grande!