Esta mañana estaba leyendo Éxodo 35 y 36 donde Moisés instruyó a la gente a donar materiales para la construcción del Tabernáculo. Tengo que admitir que en general el pasaje no era tan emocionante pero cuando llegué al capítulo 36, versículo 3 encontré unas palabras que captaron mi atención.
"Pero como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias,todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo para ir a decirle a Moisés: ´La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el Señor mandó hacer.´ Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: ´¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!´" (Éxodo 36:3b-6 NVI)
¿Cuándo fue la última vez que escuchó a un pastor ordenar a la gente no ofrendar más? Creo que podemos decir con lugar a dudas que no ocurre con frecuencia. ¡Sé que en cuanto a nuestro ministerio misionero nunca hemos tenido este "problema"! Al contrario, siempre estamos luchando para mantener a los obreros que tenemos en el campo.
Lo que llama la atención es que esa ofrenda no era obligatoria porque al pedir la colaboración Moisés dijo (35:5):
"Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda..." La ofrenda no era resultado de una gran campaña de promoción ni presión de parte del "pastor Moisés." La gente dio generosamente porque sintieron en su corazón colaborar con la obra de Dios. ¡Que lindo sería si el pueblo de Dios respondiera así a las necesidades que existen en el campo misionero y nuestros misioneros tuvieran todos los recursos necesarios para hacer el trabajo que Dios les ha llamado hacer!
¡Oh Dios, toca nuestros corazones de la misma manera que tocaste al pueblo de Israel!
Es una gran verdad, voy a orar para que esto vuelva suceder, creo que si. DIos va a ayudarnos a creer, y veremos su gloria. Asi sea!
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