Necesidad y Oportunidad

Muchas veces nuestra discusión en cuanto a las misiones gira alrededor del concepto de necesidad. Hablamos de las grandes necesidades que existen en las naciones del mundo y otros responden, “Sí, pero hay mucha necesidad aquí y nosotros tenemos una carga para nuestro pueblo.”

Nadie va a negar que hay necesidad todavía en Paraguay. Hay montones de paraguayos que no tienen una relación con el Señor. Por otro lado, es también muy obvio que hay muchos lugares con mayor necesidad.

Sin embargo no quiero hablarles de necesidad. Recién escuché al Dr. Alan Johnson hablar del tema con otro enfoque que me impactó. El dijo que si solamente pensamos en la necesidad vamos a equivocarnos.

El Dr. Johnson dijo que mientras hay más perdidos en algunos países que en Paraguay, la realidad es que todos son perdidos. Uno no tiene más necesidad de Cristo que otro.

Por otro lado hay una diferencia entre los perdidos en Paraguay y los en Libia por ejemplo. La diferencia es Oportunidad. Aquí la gente tiene acceso al evangelio, tienen la oportunidad de escuchar el mensaje. En Libia no hay iglesias, no hay radio cristiano, no hay campañas-en fin, no hay oportunidad.

Me parece que es tiempo que la iglesia entienda que todos deben tener la oportunidad de recibir a Cristo-por eso hacemos misiones.

Un Día Histórico

¡Hoy a las 11:00 la familia Coronel-Acosta llegó al Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi y están de nuevo en su querido Paraguay! Fue un día de alegría para los hermanos y para nosotros en DMT también porque por primera vez una familia misionera de las Asambleas de Dios de Paraguay ha vuelto a su tierra después de cumplir su período en el campo misionero. ¡Que bendición de Dios!

En realidad podemos decir que este primer tiempo en España ha sido un éxito tremendo. El Señor ha usado los hermanos en varios ministerios incluyendo la fundación de una iglesia en Arcos de la Frontera, sirviendo de maestro en el Centro Superior de Teología de las Asambleas de Dios y dando seminarios de evangelismo en diversas partes del país. Damos gracias a Dios por esta familia y su compromiso con la obra misionera.

José, Cristina y los niños estarán en Paraguay por cinco meses con el triple propósito de visitar a familiares y amigos, compartir con las iglesias lo que Dios está haciendo en España (y la necesidad que existe en aquel país) y, buscar nuevos colaboradores para su ministerio.

Están listos para compartir un culto misionero en su iglesia y les animamos a que les inviten. ¡Serán de mucha bendición para su congregación!

¡Bienvenidos!

¿Cuán Grande es Tu Dios?

Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más

abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder

que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús

por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

Efesios 3:20-21

Unos días atrás estaba orando, luchando con una situación grande y difícil. Desde mi punto de vista humano parecía que no había respuesta, no había salida. Honestamente no sabía que hacer. Cuando uno está involucrado en la obra misionera tiene la oportunidad de encontrarse en estas situaciones con frecuencia. La obra es más grande que nuestras habilidades o recursos. ¡Gracias a Dios no estamos en este trabajo solos!

Mientras oraba el versículo arriba escrito vino a mi mente. ¡Que bendición, que alivio! Dios no solo tiene la habilidad de responder a nuestras peticiones, de resolver nuestros problemas, Él es capaz de hacer mucho más que pedimos o aún pensamos. ¡Aunque el problema para mí era demasiado grande me di cuenta que para Dios no había ningún problema! Su poder, Sus recursos son ilimitados y, este poder actúa en nosotros cuando estamos cumpliendo la tarea que Dios nos ha dado.

Cuando terminó este tiempo de oración me sentí mucho mejor. El problema no había desaparecido, no había menguado pero tuve otra perspectiva. Sabía que tenía más recursos que había pensado y que mi Dios iba a hacer lo que para mí era imposible. ¡Halelujah!

¿Cuán grande es tu problema? ¿Cuán grande es tu Dios?

El Vaso Medio Lleno (segunda parte)

Ya hablamos sobre la marcha de la obra misionera en términos generales, notando que mientras Dios ha hecho y está haciendo cosas maravillosas, todavía hay mucho que hacer. No podemos desanimarnos ni celebrar demasiado, es un momento para esforzarnos al máximo a la vez dándole gracias al Señor por las victorias que hemos visto.

Se puede decir lo mismo en cuanto a la participación de Paraguay en la gran comisión. Hay muchas razones para regocijarnos. Hace muy pocos años las Asambleas de Dios no era una iglesia misionera. Es cierto que había algunas iglesias e individuos interesados pero no había un esfuerzo organizado hacia las naciones. ¡Dios ha hecho grandes cosas! Ya tenemos tres familias trabajando en el campo y otra candidata preparándose para salir al campo en Septiembre. Todos estos están siendo apoyados (espiritual y económicamente) por la iglesia paraguaya. Además muchos jóvenes con llamado misionero estarán listos para entrar en la batalla en los próximos años. Hay varias iglesias que mensualmente hacen una contribución significativa a la obra misionera. ¡Dios ha hecho grandes cosas!

Podemos decir que el vaso está medio lleno pero...hay otro lado. Estamos progresando pero no hemos llegado a la meta todavía. Hay mucho trabajo que hacer. Todavía hay muchos que no entienden que Dios ha llamado a la iglesia paraguaya a ser una iglesia enviadora de misioneros-en su mente Paraguay es un país receptor de obreros. Todavía hay muchos que no tienen la fe de involucrarse en la obra pensando que si dan a las misiones la iglesia local sufrirá. Para otros, tenemos que decir con tristeza que no les importa que millones y millones de personas nunca han recibido un testimonio adecuado del evangelio. Nuestros misioneros no tienen todos los recursos que necesitan para hacer el trabajo que les hemos enviado para hacer. El vaso está medio vacío.

Como una de las personas responsables de la obra no puedo ignorar nuestras debilidades pero tampoco puedo cesar de darle gracias a Dios por todo lo positivo. En verdad hemos progresado mucho, estamos creciendo y Dios nos está usando en la obra. ¡Gloria a Dios! Así que, con corazón agradecido, ¡es tiempo ponernos las pilas y trabajar!

El Vaso Medio Lleno

Hace poco alguien me preguntó sobre la marcha de la obra misionera.  Me di cuenta que la respuesta depende totalmente de su punto de vista.  El vaso puede estar medio lleno o media vacío y en verdad los dos puntos de vista tienen validez.

Dios está haciendo algunas cosas maravillosas en nuestro mundo.  La iglesia está creciendo rápidamente en muchos lugares y se está levantando un ejército de nuevos misioneros para llevar el mensaje hasta lo último de la tierra.  Podemos darle gracias a Dios que la iglesia paraguaya está tomando su lugar entre las naciones enviadoras de misioneros.  De veras hay muchas buenas noticias en cuanto a la obra misionera.

Pero...hay otro lado también.  Hay miles de pueblos no alcanzados, hay naciones donde la semilla del evangelio realmente no ha sido plantada y muchas más donde el avance de la iglesia ha sido muy lento.  Todavía hay una cantidad grande de creyentes que no han tomado su lugar en este trabajo tan importante y por eso los misioneros en el campo carecen de recursos económicos y espirituales.

¿Cómo debemos responder a estas realidades?  Me parece que no tenemos el lujo de en ver el vaso medio lleno, ni tampoco medio vacío.  Tenemos que ver las dos realidades y responder con gratitud y un nuevo compromiso.   

Demos gracias a Dios todos los días por lo que Él ha hecho y está haciendo.  Al saber, por ejemplo, que más musulmanes se han convertido en los últimos 20 años que en todos los 1400 años de su historia debe llenarnos de gozo y gratitud.  ¡No podemos ser negativos-Dios está obrando y eso nos da fe para creerle por cosas aún más grandes!

A la vez, no es el momento para tomar licencia y disfrutar una gran celebración de victoria. El vaso está medio lleno cuando medimos nuestro trabajo por los éxitos y avances pero está medio vacío cuando lo medimos por lo que falta todavía.  Dios ha dado una cosecha pero hay mucho más para cosechar.

¡Que Dios nos ayude estar agradecidos todos los días mientras nos dedicamos más que nunca a la tarea restante!